Nápoles (I)
La ciudad de Nápoles, no deja indiferente a nadie.
Con una gran riqueza histórica, cultural, artística y gastronómica,
ha sido declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
Se suele decir, que la amas o la odias.
Es caótica, ruidosa, bulliciosa, colorida... llena de vida y absolutamente original y auténtica.
Por sus estrechas callejuelas, te encontrarás con el día a día cotidiano y vibrante:
pescaderos con las cajas de pescado por el suelo a grito pelado ofreciendo los peces aún vivos,
y sobre ellos mujeres tendiendo la ropa en cuerdas que atraviesan la calle de lado a lado.
Los diferentes vendedores compiten con sus griteríos para ofrecer sus mercancías...
Habrá que andar con mucho cuidado porque pasarán a tu lado cantidad de motos a toda velocidad
amenazando con jugarte la vida, aunque con su gran pericia, siempre frenan a tiempo.
En el mismo ambiente, te encontrarás con numerosos altares con santos y todo tipo de ofrendas religiosas,
que conviven con el puesto de al lado lleno de pasta y condimentos,
o las mesas de trattorias o pizzerías donde podrás degustar la pizza más exquisita que te puedas imaginar.
Podrás ver colgadas de muchos balcones unas misteriosas cestas,
cuyo cometido es subir y bajar a las casas la compra correspondiente
y también te encontrarás con el napolitano amable, servicial y parlanchín.
Les encanta hablar y explicarte.
Por otro lado, Nápoles tiene fama de ciudad peligrosa,
pero como en tantas otras ciudades del mundo, sólo hay que tener un poco de precaución
y no ser descuidados con nuestras pertenencias.
Por lo demás, son miles los turistas que disfrutan de la ciudad a diario sin que existan incidentes.
Personalmente puedo decir, que Nápoles es una de las ciudades del mundo visitadas
a la que me gustará volver...
Con una gran riqueza histórica, cultural, artística y gastronómica,
ha sido declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
Se suele decir, que la amas o la odias.
Es caótica, ruidosa, bulliciosa, colorida... llena de vida y absolutamente original y auténtica.
Por sus estrechas callejuelas, te encontrarás con el día a día cotidiano y vibrante:
pescaderos con las cajas de pescado por el suelo a grito pelado ofreciendo los peces aún vivos,
y sobre ellos mujeres tendiendo la ropa en cuerdas que atraviesan la calle de lado a lado.
Los diferentes vendedores compiten con sus griteríos para ofrecer sus mercancías...
Habrá que andar con mucho cuidado porque pasarán a tu lado cantidad de motos a toda velocidad
amenazando con jugarte la vida, aunque con su gran pericia, siempre frenan a tiempo.
En el mismo ambiente, te encontrarás con numerosos altares con santos y todo tipo de ofrendas religiosas,
que conviven con el puesto de al lado lleno de pasta y condimentos,
o las mesas de trattorias o pizzerías donde podrás degustar la pizza más exquisita que te puedas imaginar.
Podrás ver colgadas de muchos balcones unas misteriosas cestas,
cuyo cometido es subir y bajar a las casas la compra correspondiente
y también te encontrarás con el napolitano amable, servicial y parlanchín.
Les encanta hablar y explicarte.
Por otro lado, Nápoles tiene fama de ciudad peligrosa,
pero como en tantas otras ciudades del mundo, sólo hay que tener un poco de precaución
y no ser descuidados con nuestras pertenencias.
Por lo demás, son miles los turistas que disfrutan de la ciudad a diario sin que existan incidentes.
Personalmente puedo decir, que Nápoles es una de las ciudades del mundo visitadas
a la que me gustará volver...
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