SAN PEDRO Y PUERTO DEPORTIVO

Voy a comenzar un segundo itinerario por Gijón.


En el anterior, os había hablado de la Plaza del Parchís, que está pegada al antigüo Instituto Jovellanos.

Pero no quiero dejar de citar la Basílica del Sagrado Corazón (La Iglesiona) que se encuentra frente al Instituto, en la calle Jovellanos. La Santa Sede, le otorgó el titulo de Basílica por sus valores históricos y artísticos. Edificada entre 1918 y 1922, en base a un proyecto de un arquitecto catalán, Joan Rubió, discípulo del gran maestro Gaudí.

A pocos metros de la Plaza del Parchís, nos encontramos con la Plaza del Náutico, desde donde podemos divisar la zona antigüa de la ciudad (barrio de Cimadevilla), o el paseo del Muro, y la playa de San Lorenzo.

Cruzando la avenida de Rufo Rendueles, que separa el Náutico del paseo del Muro, vemos la playa de Gijón, que es la más concurrida de todas las playas de Asturias.

Con una longitud de 1.550 metros y forma de concha, hablamos de una de las playas más emblemáticas del Principado. En el extremo este de San Lorenzo, vemos que el paseo del Muro continúa más allá de la propia playa, es la conocida senda costera del Cervigón, un recorrido marítimo de varios kilómetros que nos acerca a otras playas como la del Rinconín, Peñarrubia y La Tortuga, llegando hasta la playa de la Ñora y disfrutando de bellos paisajes costeros.


En 1933 se construyó la escalera monumental de acceso a la Playa, la conocida Escalerona, con el fin de solventar los problemas que planteaba el masivo acceso al arenal. Los baños se habían puesto de moda ya desde finales del siglo XIX.


Vemos como en pleno mes de Enero, los bañistas acuden a su cita diaria, a lo que contribuye el clima benigno que en los últimos años estamos teniendo.


Desde la Escalerona que está frente al Náutico, tiraremos hacia la izquierda, para ver la zona de San Pedro y el Puerto Deportivo.


La Iglesia de San Pedro y Casa Rectoral se sitúa al final del lugar ajardinado conocido como Campo Valdés, debajo del cual se encuentran las Termas Romanas. La iglesia es de origen gótico y fue reconstruida en los años 40 del siglo XX.


Antes de llegar a la Iglesia de S. Pedro, nos encontramos a nuestra izquierda con la atigua Pescadería Municipal.


Edificio del año 1924 y que hoy alberga dependencias municipales.


En la antigüa Iglesia de San Pedro fué bautizado Jovellanos. La guerra civil (1936) acabó por arruinar la primitiva iglesia, concluyendo los trabajos de la actual en 1955 y de su predecesora se aprovecharon la torre central y el pórtico de corte neoclásico.


Es lugar de rezo, pero también de disfrute y descanso, por el lugar estratégico y privilegiado que ocupa.


Si nos ponemos de espaldas a su fachada principal, vemos el Ayuntamiento (primer edificio de la derecha), seguido de la antigua Pescadería Municiapal.


Y a sus pies, está bañada por las aguas del Cantábrico, de las que disfrutan durante todo el año sus bañistas (estas fotos están recogidas a mediados de enero). A la izquierda de la foto, si os fijáis, vereis a los bañistas tomando el sol.


En el Campo Valdés, pegadas a la iglesia de S. Pedro, se encuentran las termas romanas, construídas entre los siglos I y IV a. de C. Son declaradas Bien de Interés Cultural por su alto valor arqueológico. Se adjudica la construcción de las termas a la segunda mitad del s. I, en tiempos del Emperador Nerón.


Y si de nuevo deseamos asomarnos al mar, podemos volver a disfrutar de una estupenda vista del paseo del Muro, que suele estar plagado de paseantes, deportistas y, si es verano, de bañistas


Dejando a nuestras espaldas la Iglesia, entramos en la Plaza Mayor, rodeada del típico ambiente asturiano, con sidrerías y ambiente dicharachero, (aunque esta parte la dejaremos para otro recorrido).


Cruzando la Plaza del Ayuntamiento, salimos a la Plaza del Marqués, y al Puerto Deportivo.

En esta plaza, se encuentra el Palacio de Revillagigedo, y la estatua de Pelayo.


Así como montones de sidrerías y restaurantes, donde se pueden degustar los platos típicos y tradicionales de la ciudad, y también el ambiente festivo y acogedor de sus gentes.


La Plaza del Marqués está presidida por el Monumento al Infante Don Pelayo, erigido en 1891 como homenaje al primer rey de la Monarquía Asturiana y figura central del escudo de la ciudad.

El Palacio de Revillagigedo, es un espléndido edificio de estilo barroco del s. XVIII. Actualmente Centro Internacional de Arte Contemporáneo. Goza del reconocimiento de Conjunto Histórico Nacional.


Frente al Palacio, se encuentra El Pozo de la Barquera.


Junto a su brocal, juraban el cargo los Concejales.


Y siguiendo hacia la derecha, nos encontramos con una de las subidas al barrio de Cimadevilla


Cimadevilla siempre ha tenido, y aún conserva, un aire popular, testigo y protagonista de los acontecimientos históricos más señalados de la ciudad, y con un encanto especial (pero éste trayecto, también quedará aplazado para otra ruta).


Desde la zona de Cimadevilla, que linda con el Puerto Deportivo, podemos observar éste desde un punto un poco más elevado.


El Puerto Deportivo (El Muelle, para los gijoneses) cuenta con instalaciones envidiables y cuidadas y un entorno muy bello, que lo han convertido en escala de numerosas regatas. Aquí al fondo, se observa la Playa de Poniente (que también os mostraré en otro recorrido).


La antigüa Rula o lonja del pescado, era el centro de la actividad económica del barrio de Cimadevilla y un lugar de encuentro excepcional, pues pescadores, sardineras, comerciantes y un sin fin de curiosos, asistían expectantes a la atractiva subasta. Hoy en día se ha convertido en centro de exposiciones y restaurante.


Siguiendo nuestro paseo por la parte de Cimadevilla, que linda con la Puerto Deportivo, llegamos al final del recorrido de éste, y nos encontramos con La Punta Liquerique. Uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad.

Desde aquí podemos observar en la lejanía el Puerto de El Musel. Es uno de los más importantes de España y está equipado con las más modernas instalaciones, aptas para manipular todo tipo de mercancías.


Las dársenas del puerto viejo de Gijón mantuvieron la primacía, en toda España, durante un siglo, del histórico cabotaje de carbón y han sido abrigo durante muchos años de una importante flota pesquera.


Desde la Rula del pescado, a mano izquierda, podemos observar el barrio de Cimadevilla, cargado de historias de pesca, trato familiar, y montones de sidrerías. Aquí comienza la Cuesta del Cholo, una de las cuestas más famosas, que nos conduce al meollo del ambiente de pub, bares, sidrerías, y bullicio.


El devenir histórico del puerto ha desembocado hoy en una nueva etapa con marcado carácter turístico y deportivo, sin perder el compás que marca una ciudad siempre a caballo entre la tradición y la modernidad.


El Puerto Deportivo de Gijón constituye una auténtica plataforma para la realización de todo tipo de actividades deportivas y turísticas, en consonancia con el fuerte dinamismo de la ciudad.


Al final del Puerto Deportivo, hay una pequeña plazoleta: Los Jardines de la Reina, situados al lado de la plaza del Marqués y plantados de palmeras.


Y finalmente nos encontramos con la calle Corrida, que ya habíamos comentado en el reportaje anterior, que es una de las calles más conocidas, centricas y comerciales de Gijón, y que nos devuelve a la zona centro de la ciudad.


Acabo de recibir un estupendo regalo: Esta panorámica del Puerto Deportivo, enviada por un estupendo fotógrafo y un enamorado de la Sierra de Cazorla, que dispone de un precioso blog: "Panorámica Cazorlense". Este inquieto y documentado viajero, nos ha hecho el verano pasado una visita a nuestra villa, y ha tenido la generosidad de hacerme este regalo. Me parece verdaderamente complicado poder reunir dentro de una instantánea tanta información, y aunque me gustaría, supongo que nunca lograré hacer nada parecido.
Gracias Abrahan, agradezco mucho tu gesto.

Y con ésta larga sesión fotográfica, creo que os podeis hacer una ligera idea de este recorrido elegido por mí, para acercaros a la zona de San Pedro y Puerto Deportivo.

Espero que os guste, y dentro de unos días, organizaré una nueva ruta.